Este es un artículo en el que me gustaría abordar uno de los parámetros específicos de la técnica trombonística que el Método completo para Trombón tenor y bajo «Día a Día» contempla con cierta presencia y énfasis: los términos «Flexibilidad Estática» y «Flexibilidad Dinámica».
En efecto, en una de las partes centrales del método, vemos como aparecen estos dos términos acuñados por el autor. Realmente, si nos detenemos a estudiarlos son cualidades técnicas muy conocidas por todos, así como usadas en nuestro «día a día» con el trombón.
«Flexibilidad Estática», como su propio nombre indica, es la flexibilidad producida en una misma posición de la vara, es decir, realizando con nuestra embocadura las notas de una misma serie armónica. Ese tipo de flexibilidad es a la que más habituados estamos, siendo la que primero aprendemos cuando somos estudiantes principiantes y la que más veces introducimos en nuestras rutinas diarias con el trombón. Dicha flexibilidad se nos presenta en el método como la conocemos, en ejercicios variados por posiciones, los cuales se repiten casi siempre en picado. Una de las novedades que podemos apreciar en el método, es la siempre buena opción de seguir realizando la flexibilidad con el transpositor accionado (teniendo cuidado con la afinación, debiendo rectificar bajando algo las posiciones), es decir, cuando lleguemos a la 7ª posición (Mi Mayor) continuamos ejecutando los ejercicios ampliando cuatro tonalidades (posiciones) más, siguiendo con Mib Mayor en la 3ª posición y bajando tonalidades hasta llegar a Do Mayor en la 7ª posición. Es muy importante que cuando accionemos el transpositor para continuar descendiendo rectifiquemos las posiciones bajando un poco todas (debido a la mayor longitud del tubo) llegando a perder una posición y tocar Do Mayor en la 7ª posición con el transpositor (por eso los trombones bajos necesitan dos transpositores para tocar la nota Si grave correctamente). El motivo de seguir realizando la flexibilidad con transpositor es sencillo, simplemente se trata de ponernos algo de resistencia que nos obligue a lanzar más aire y empuje vertical, sumándose a la dificultad de tocar cada vez más grave. No debemos conformarnos con lo justo, debemos realizar un esfuerzo extra que nos ayude a conseguir mejores resultados y trabajar mejor el instrumento.
Otra de las novedades que se nos presenta en el método es el segundo tipo de flexibilidad propuesta: «Flexibilidad Dinámica». Es la que producimos a través del movimiento, es decir, nos ayudamos de diferentes acciones (movimiento de la vara, acción del transpositor…) para conseguir producir la flexibilidad. En realidad, estamos más acostumbrados a este tipo de flexibilidad de lo que creemos, lo único que no nos detenemos a pensar es cómo y porqué la realizamos. En muchos pasajes tanto orquestales, de banda, cuartetos de trombones o literatura específica en general del Trombón, nos encontramos esta flexibilidad y la hacemos sin prestarle atención. En mi opinión, solo nos paramos a estudiar y prestarle atención a la flexibilidad estática, la más común, pero luego realmente pocas veces en una obra de Trombón, o en un pasaje orquestal nos aparece una serie armónica para realizarla en una misma posición. Sí es cierto que podemos ver (sobre todo en las obras específicas de repertorio de trombón) pasajes fácilmente practicables en una sola posición, o cada vez más composiciones de autores contemporáneos que estudian las posibilidades y Método completo para Trombón tenor y bajo «Día a Día» características técnicas del instrumento y las aplican en sus composiciones orquestales. Pero creo que son más las veces las que necesitamos hacer flexibilidad dinámica (contraposiciones, transpositor, legato articulado…) para solventar melodías, pasajes y otras dificultades técnicas que nos encontramos dentro del repertorio en general.
Los ejercicios que aparecen tanto en la sección de flexibilidad como en el resto de secciones del Método completo para trombón tenor y bajo “Día a Día” están siempre explicados con una breve reseña. Al igual que en el principio del método nos encontramos unas hojas dedicadas a explicar algo de teoría, impresiones, pensamientos y actitudes que nos presenta el autor y nos expone su forma de concebir el trombón y su técnica. A continuación os expongo un breve texto extraído de la sección del método dedicada a los dos tipos de flexibilidad tratadas en este artículo:
[…] “Así que en definitiva, la flexibilidad, se trata de ser flexibles, por lo tanto tenemos que conseguir una flexibilidad limpia, sin saltos, golpes, brusquedades, defectos rítmicos (subir muy rápido y bajar lento, o viceversa), debido a los distintos factores que influyan y entren en juego para producir la flexibilidad (Dinámica). Para ello necesitamos una vez más, a nuestro amigo el aire, ya que solo con una buena columna de aire, empujando como si de un fuelle de órgano se tratara, podremos realizar de forma correcta, clara, concisa y natural la flexibilidad. Tomar buenas respiraciones, no solo en el ligado, sino también en el picado, llegando a conectar todas las notas picadas, sin que se establezcan huecos vacíos entre las notas, o descensos de la afinación justo después de articular cada nota. Ir dándole tempo poco a poco. A la hora de realizar estos ejercicios tener muy en cuenta: DISCIPLINA, CONCENTRACION, PACIENCIA” [… ] En el método, se nos presentan ejercicios para realizar las ligaduras de forma natural, como si ligáramos con cualquier otro instrumento, sin la utilización del legato de vara que nos tiene algo esclavizados y algo limitados dentro del mundo del metal y la música en general. En la opinión del autor, hay que solventar la particularidad de la vara, ya que poseemos un instrumento especial a lo largo de la historia de la música. La vara nos ha dado muchos beneficios, todos sabemos que en el siglo XVI nos dio mucha fama, solvencia y capacidad para tocar notas y cromatismos que otros instrumentos no podían ejecutar. Pero esos instrumentos que no podían tocar ciertos cromatismos han evolucionado mucho, y a partir del siglo XIX, con la invención de los diferentes sistemas de válvulas, han llegado a ser como hoy los conocemos, capaces de tocar melodías ligadas a la perfección, así como pasajes técnicamente difíciles. Por eso, el método hace hincapié en este tipo de “Flexibilidad Dinámica”, ya que hoy en día tenemos en nuestro instrumento el mismo sistema para producir las diferentes notas y cromatismos (la vara), con lo que mientras los otros instrumentos han evolucionado, nosotros no. Por este motivo se nos plantea, en el método, buscar maneras y formas de solventar dicha carencia, tratar de no dar esa imagen de articulación y legato torpe que se nos otorga a los trombonistas por tener la vara, y demostrar que somos capaces de sacarle mucho “jugo” a dicha vara, al transpositor y a todos los recursos que el trombón nos presenta y que tan especiales y particulares nos hace.