En esta ocasión voy a comentar algunos pensamientos y reflexiones sobre otro aspecto importante relacionado con la interpretación musical del trombón. Este aspecto es «La Articulación». En efecto es un parámetro que no solemos prestarle la atención necesaria y que ejecutamos de manera aproximativa sin darnos cuenta que, realmente muchas veces, este aspecto es determinante para, por ejemplo, ganar una plaza de trabajo o un concurso.
Cuando hablamos de articulación nos referimos, lógicamente, a la forma en la que deben tocarse las notas, es decir, ligadas, picadas, acentos, cortas, largas… A priori parece fácil y nos creemos que dominamos este aspecto, pero os aseguro que es muy difícil ser exacto y diferenciar toda la información que hay dentro de una partitura y que se note y diferencien cada una de las articulaciones propuestas por el compositor.
Voy a tratar el tema de la articulación bajo dos prismas de interpretación distintos: por un lado, la articulación dentro de la literatura específica del trombón (trombón y piano) y por otro lado, la articulación del trombón dentro de una orquesta.
Dentro del repertorio camerístico con piano del trombón nos encontramos numerosas obras y partituras en las que hay mucha información en lo que a la articulación se refiere. A diferencia de articular tocando con la orquesta, cuando tocamos de solistas con un piano no necesitamos exagerar tanto las articulaciones para que se noten con claridad, por ejemplo, no hacemos tan bruscamente un Sfz cuando aparece en una obra de trombón y piano que cuando lo vemos en la orquesta escrito por Stravinsky.
Voy a centrarme en una en concreto: «New Orleans» para trombón bajo de Eugenne Bozza. Esta es una obra realmente intensa en lo que a la articulación se refiere, teniendo que ser muy estrictos en la ejecución de esta para que se diferencien bien todas sus indicaciones. A lo largo de la pieza nos encontramos notas con acentos, puntos, rayas…, por lo que si está escrito así es para que suene diferente, no como suele sonar casi siempre todo igual. Realmente intentad esforzaros en diferenciar muy bien los tres tipos de picado: notas normales, con punto (muy cortas y sueltas) y notas con raya (notas densas, que no haya separación entre ellas). En este aspecto hay una confusión que ocurre con normalidad y que no es del todo correcto: cuando vemos notas con rayas encima. Suelo escuchar muchas veces que estas notas con rayas se suelen interpretar como si estuvieran ligadas, cosa que no está bien dado que si el compositor hubiera querido las notas ligadas hubiera puesto una ligadura en vez de las rayas. En mi opinión, estas rayas simplemente nos indican que no tiene que haber separación entre las notas, no debe decaer la intensidad entre ellas, pero que cada una de ellas debe ser articulada y picada con la lengua, no ligarlas todas. En lo que se refiere a las ligaduras también suelo escuchar articulaciones incorrectas.
El compositor nos propone una gran variedad de ligaduras: notas ligadas cada dos, tres cuatro, todas ligadas, etc. Intentar utilizar la lengua y articular cada nota al principio de una ligadura, diferenciar las agrupaciones de notas picando claramente el inicio de cada ligadura y destacar las notas que se encuentren sueltas y picadas, para que no se escuchen los pasajes enteros ligados.
Dentro de la última parte del concierto (Allegro Giocoso), en cuanto a la articulación se refiere debemos sacar muy claramente los acentos que hay colocados en las notas pertenecientes (casi siempre) a partes débiles del compás. Junto a estos acentos debemos articular (picar) con mucha claridad y ligereza, ya que prácticamente toda esta sección esta llena de notas con puntos.
Me gustaría mostraros un ejemplo gráfico de todo lo que estoy intentando explicar.
En el anterior pasaje suelo escuchar interpretaciones en las que todas las notas son iguales, mientras que si nos fijamos, cada una de ellas tiene una articulación distinta, es decir, algunas tienen puntos y otras acentos de varios tipos. Pues esto es a lo que vengo a referirme, intentar diferenciar bien los parámetros de articulación propuestos por el compositor, siendo así más justos con la partitura y alcanzando un nivel máximo de interpretación.
En cuanto a la articulación dentro de una orquesta, nos encontramos, también, con multitud de articulaciones. Al igual que en el repertorio camerístico del trombón debemos exagerar toda la información que nos escriban los compositores en las grandes sinfonías, conciertos, poemas sinfónicos, etc. Mi consejo, en este aspecto, es que, aunque creáis que es incorrecto, exageréis mucho todos los aspectos de articulación aunque penséis que queda mal o es demasiado, ya que dentro del enjambre de sonidos de los diferentes instrumentos de una orquesta, se pierden un poco todas nuestras acciones, con lo que cualquier articulación específica le llega al director (así como al espectador) algo difuminada a como la realizamos desde nuestra silla. Así que incrementar vuestros esfuerzos para intentar no escuchar más la famosa frase que les suele gustar a los directores decir: «trombones tarde».
Lógicamente como en muchos aspectos del trombón (y la música en general) puede haber diferencia de opiniones entre los profesionales, y tener preferencias por un tipo determinado de articulación, así como distintas interpretaciones de la simbología que acompaña a los parámetros de articulación. Todas las posturas son respetables siempre que estén dentro de una cierta lógica. Yo simplemente os intento hacer saber como lo aprecio y pienso bajo mis propias experiencias, estudios, razonamientos y vivencias en el «Día a Día» con el trombón.